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“Dios no hizo, ni hace basura”. Cuadro en la oficina de un pastor amigo en Brasil.

La sanidad del alma herida comienza con la comprensión del problema. La mayoría de las personas que sufren de un mal, al principio no entienden, y necesitan que otro se lo interprete, llámese consejero, terapeuta o pastor. A veces no hace falta hurgar en el pasado.

¿Quién no sabe cuándo fue que experimentó un trauma? Por más que se reprima o niegue el hecho, está allí siempre latente.

Algunas de las situaciones más comunes que hay que sanar fueron causadas por: una violación o abuso sexual, estafa o traición, ausencia o presencia cruel de padres, ilusiones desechas o deseos incumplidos, envidias o celos. ¿Cómo olvidar todo eso? No se puede.

Un trauma es algo muy fuerte que marca la vida. Sólo Dios puede hacer el milagro de recomponer al alma herida. Sólo Dios puede ayudarnos a reconciliarnos con nuestro pasado y darnos paz.

“Cristo trae paz para nuestro pasado, gracia para nuestro presente y gloria para nuestro futuro”. Dwight Moody.

Los recuerdos sin sanar, encadenan la vida y la torturan con sentimientos de inferioridad y culpa. Aún con el trasfondo más feo, usted puede cambiar para bien.

“Ninguna puerta (ningún cerebro, ningún corazón, ningún espíritu) se abre a la palabra sin amor. Sólo el amor redime; sólo el amor ayuda, purifica y embellece la vida”. C. Vigil.

Doce causas que provocan heridas del alma

Si la herida continúa abierta van a venir las moscas a poner sus huevos en ella. Las moscas son los que están a la pesca de oportunidades para manipular o tomar ventajas de las debilidades.

  1. No haber recibido amor de niños

Las carencias afectivas, tal vez, sean la madre de todas las causas que provocan heridas. Niños que no fueron acompaña- dos, mimados, acariciados, abrazados o besados por sus padres tienen un reclamo constante de afecto

Algunos síntomas que sufren quienes padecen de necesidad de afecto: Inseguridad. Miedo. Falta de afecto natural, frialdad. Disfunciones sexuales. Carencia de iniciativa. Dificultad para encontrar una pareja.

“Echar de menos a la persona amada, en su ausencia, es un bien comparado con la realidad de vivir con la persona amada” La Bruyere.

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal. 27:10).

¡Mostremos amor con besos, mimos, flores, caricias, abrazos, palabras bonitas y regalos!

El amor sea sin fingimiento (Rom. 12:9).

  1. Traición

Es muy doloroso reconocer la traición. Es conocido el dicho de Esopo: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. O el relato del perro del hortelano que mordió la mano de quien le daba de comer.

Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar (Sal. 41:9).

La traición puede manifestarse en infidelidad y provoca gran desilusión. ¿Quién se hubiese imaginado, que quien más dijo amarnos, fue quien más nos causó dolor? Jesús sufrió la traición y siguió adelante, haz lo mismo.

Los síntomas más comunes que padecen quienes han experimentado la traición son: Infidelidad, desilusión, amargura, desaliento, soledad, tristeza, rencor, odio, deseos de venganza, impotencia, y raíces de amargura.

  1. Aborto

Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones (Jer. 1:5).

¿Cómo evitar pensar que se asesinó a una persona? ¿Cómo puede quitarse esa culpa?

Vengan luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si sus pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Is. 1:18).

Algunos síntomas que experimentan quienes han abortado son: Culpa, autoestima baja, inseguridad, arrepentimiento, sepa- ración, vacío. Pesadillas.

  1. Violencia

La violencia no es solo física, también son los gritos, golpes, maledicencia o insultos, maltrato, odio, amargura, crueldad, in- diferencias, ausencia de padres, abandono, todas estas son suficientes para abrir heridas profundas en las emociones de una persona.

La gente que pretende tener razón, la pierde por el uso de la violencia.

El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males (Prov. 19:19).

Algunos de los síntomas que sufren los que han experimentado abusos físicos son: Malos recuerdos, odio, desconfianza, aislamiento, acepción de personas. Desconfianza, y deseos de venganza, inseguridad y problemas de adaptación social.

  1. Castigo, amonestaciones o disciplina

A la hora de decir verdades, pesa tanto la forma, como la verdad que se dice.

Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza; Pero mi oración será continuamente contra las maldades de aquellos (Sal. 141:5).

Que le digan lo que hace mal o debe cambiar, no es propio de alguien que no lo ama, por el contrario, es la señal de alguien que lo ama demasiado. Además, la manera en que usted o yo respondemos a alguien que nos exhorta, castiga o reta indica si somos sabios o no.

No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará (Prov. 9:8).

Algunos de los síntomas que se observan en las personas que son corregidas son:

Si son personas inmaduras: Alejamiento, rechazo, murmuración, bronca, separación, rebeldía, conspiración.

Si son personas sabias: madurez, sabiduría, crecimiento, agradecimiento y corrección de vida.

  1. Deseos no cumplidos

Un deseo puede ser una meta, u objetivo o plan o proyecto de trabajo o visión. Algo que lo apasione y le haga invertir tiempo y esfuerzo para lograrlo. Aunque, cuando pasa el tiempo y ese deseo no se cumple, por el contrario, parece que se aleja cada vez más, esto genera angustia.

La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido (Prov. 13:12).

La fórmula, para que los deseos se cumplan: Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón (Sal. 37:4).

Las personas que sufren porque no logran lo que más anhelan, experimentan, falta de plenitud, envidia, depresión, inseguridad, desaliento, desconfianza y un gran sentimiento de fracaso. Pero cuando nos deleitamos en Dios y gustamos de estar con El, somos muy bendecidos.

  1. Pérdidas, separaciones, abandonos, o mudanzas

La muerte, el divorcio o la partida de quien se ama generan un vacío difícil de llenar. Sólo la misericordia de Dios puede consolarnos.

Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación (1 Cor. 1:5).

Algunos síntomas comunes que se sufren por:

Abandono:

  • Falta de identidad, inestabilidad emocional, desconfianza, depresión, amargura y soledad.
  • Pérdidas materiales:
  • Sentimiento de culpa, desconfianza de uno mismo, dolor, angustia, desazón y depresión.

Separaciones:

Por Muerte u abandono, rompimiento de relación, desconsuelo, soledad, depresión. Desesperanza, desamparo. Inseguridad o incertidumbre. Falta de confianza en uno mismo. Culpa. Temor a volver a empezar.

Mudanzas:

Inseguridad. Temor. Inestabilidad. Problemas en relacionarse. Sentido de no pertenencia.

  1. Heridas físicas o enfermedades

“A medida que las enfermedades se aproximan, la alegría de vivir y la felicidad se alejan” Juan Finot, filósofo francés.

Son muy pocas las personas que reaccionan bien ante las enfermedades y entienden que algunas pueden ser motivo para darle gloria a Dios.

Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (Jn. 11:4).

La falta de reconocimiento de la enfermedad, da origen a muchas enfermedades más

El ánimo del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al ánimo angustiado? (Prov. 18:14).

Pues ustedes saben que a causa de una enfermedad del cuerpo les anuncié el evangelio al principio (Gál. 4:13).

Algunos de los síntomas más comunes son: Dependencia. Inseguridad. Falta de proyección. Desaliento, depresión. Dolor, angustia, incomprensión. Soledad. Aislamiento. Sensibilidad extrema. Juicio.

  1. Rechazo, menosprecio o desprecio

Quien lo rechaza o agrede es porque se siente amenazado por usted. Evidentemente, usted tiene algo que a alguien molesta. No obstante, dispóngase a poner la otra mejilla y a ir una milla más en soportar y en perdonar.

Jesús, quien fue despreciado del pueblo (Sal. 22:6).

Despreciado y desechado entre los hombres (Is. 53:3).

Antes de dejarte atar por este sentimiento, recuerda lo que Dios le dijo a Samuel:

No te han desechado a ti, sino a mí me han desechado (1 Sam. 8:7).

Algunos de los síntomas más comunes son: Dolor, angustia, alejamiento, rechazo, rencor, odio. Amarguras. Incomprensión. Depresión.

  1. Injusticias

Sí, decimos que fueron injusticias, mejor que no se investigue, se puede descubrir que también fuimos responsables.

“La justicia es siempre una violencia para el ofensor, porque cada cual, a sus ojos es inocente”. Defoe.

Los jueces aunque intenten ser imparciales también están condicionados por sus propias limitaciones. Generalmente sucede que con el juicio que hacemos, terminamos siendo condenados.

Los síntomas que se observan en las personas que sufren injusticia, son: Incomprensión. Desconfianza, raíz de amargura. Deseos de venganza. Soledad. Marginación, enajenación y desquicio.

  1. Frustraciones o fracasos

Dios no patrocina fracasos ni frustraciones. Las experiencias frustrantes, no son sino modos que tiene Dios de llamar nuestra atención para cambiarnos. Por más que haya perdido algo, nunca perderá tanto, si no lo vuelve a intentar. Ya sabe qué camino no tomar para empezar de nuevo.

“Todo es posible, hasta que se prueba que no lo es; e incluso entonces, puede ser imposible sólo en ese momento”. Peral S. Back

Abraham Lincoln sabía de decepciones y fracasos: en el año 1831 fracasó como negociante, se presentó en el año ́32 como candidato a la legislatura y fue derrotado, pero fue elegido en el año ‘34. Su novia murió en el año ‘35, tuvo un quebrantamiento nervioso en el año ‘36, fue derrotado como presidente de la cámara en el año ‘38, fue derrotado como elector en el año ‘40, fue derrotado para entrar al congreso en el año ‘43, fue elegido para el mismo en el ‘48, pero derrotado en el ‘50, derrotado también como candidato a vicepresidente en el ‘56 y para el senado en el ‘58. Pero fue elegido presidente de los EE. UU. en 1860.

Los síntomas comunes de este problema son: Sentimiento de derrota, fracaso y desanimo. Ganas de largar todo. Amarguras. Cobardía. Alejamiento. Culparse uno mismo. Aislamiento.

  1. Traumas

La palabra trauma significa “marca”. Como ya leímos, todo acto de violencia, agresividad, o situaciones inesperadas en el pasado, pueden producir impresiones difíciles de olvidar. Una mala experiencia puede afectar la vida presente con lesiones se- veras físicas o psíquicas. ¡No obstante, Dios todavía hace mila- gros, anímese a pedírselos a Dios.

Los síntomas más evidentes son: Complejos. Temor, miedo, Fobias. Soledad. Discriminación, miedo.