Descripción
La mayoría de las personas hacen cosas mecánicas sin ni siquiera pensarlas. No obstante, si vamos a predicar el Evangelio debemos pensar bien lo que vamos a decir. Dios te llamó a predicar y debes tomarlo como un gran privilegio. Para lograrlo capacitarte debe ser tu prioridad necesaria- mente. En este libro encontrarás claves prácticas que te ayudarán a desarrollar el don que hay en ti. Entonces, ahora mismo comienza tu capacitación. El llama- miento a predicar es para siempre y no necesariamente necesitarás un púlpito de iglesia para hacerlo. Dónde te encuentres, será el pretexto de Dios para que des a conocer su Verdad: entonces habla con mucha prudencia, pero también con gran convicción. ¡Y, veras los frutos!